viernes, 19 de abril de 2013

Mayday: Ausencias en la cultura (I)

Hace poco, leía un artículo muy interesante de Beatriz Gimeno en el que comentaba que le llamaba mucho la atención toda la parafernalia antifeminista que se está acumulando en los últimos años (¿la última década?). El otro día mismo me quejaba yo de que en muchos programas de televisión/medios de comunicación variados, la presencia de mujeres es mínima. Concretamente la idea me vino de nuevo viendo Salvados donde las mujeres entrevistadas son una minoría aplastante. Cuando me quejé amargamente, como buena feminista, en mi facebook, dos paladines del progreso personas me salieron al paso: —Bueno, —me decía uno, —no es necesariamente malo, eso quiere decir que hay menos mujeres corruptas, no hay que ser tan negativa. —Otro argumentaba que "es que en la cúpulas de poder no hay apenas mujeres". Bien. Sí. Exactamente eso quería decir. Si yo fuera el presentador de ese programa, insistiría en todos los programa en ellos. Llamadme cansina. El problema que critico no es la corrupción, es la presencia. No digo que una cúpula directiva exclusivamente femenina fuera mejor ni peor. Sólo digo que manda narices que aún estemos así y que a nadie le parezca, no digo ya indignante como a mí, sino raro. Por supuesto, esto no es propaganda de nada, es simplemente cómo son las cosas lo cual no quire decir ni mucho menos que estén bien.


El mismo caso de ausencias lo veo en muchos otros medios de difusión cultural. Desde la presa, ya sea de izquierdas o de derechas, se ignora toda la creación femenina. Su difusión es mínima y muchas veces quienes dan a conocerla caen en el sexismo, como si necesitasen justificar que una mujer creara. En este vídeo, la profesora Freixas comenta uno de los ejemplos a los que me refiero. Una de mis mejores amigas trabaja también en este ámbito y muchas veces se queja de que las críticas que se hacen de las obras teatrales escritas y dirigidas por mujeres incurren en este mismo discurso y muchas veces peor. Me gustaría citarla pero me temo que no es posible hasta dentro de unos meses cuando su labor de investigación salga a la luz. Se ha llevado a cabo un manifiesto en el que se propone la igualdad en la cultura, podéis leerlo aquí (y firmarlo si os apetece).


Es realmente funesto que tal y como están las cosas a día de hoy se siga cayendo una y otra vez en los mismos errores. Decenas -¿centenas?- de mujeres españolas han obtenido prestigiosos premios y reconocimientos diversos a lo largo de los últimos cien años, no entiendo por qué se insiste una y otra vez en la división entre "literatura femenina" y "neutral" porque, ojo, no hay "literatura masculina" sino que es "Literatura". Y no es porque nosotras no hayamos llamado la atención al respecto. Ya decía, por ejemplo Carmen Laforet en 1967:

“En verdad, es el mundo que domina secretamente la vida. Secretamente, instintivamente, la mujer se adapta y organiza unas leyes inflexibles, hipócritas en muchas situaciones para un dominio terrible… Las pobres escritoras no hemos contado nunca la verdad, aunque queramos. La literatura la inventó el varón y seguimos empleando el mismo enfoque de las cosas. Yo quiero intentar una traición para dar algo de ese secreto, para que poco a poco vaya dejando de existir ese dominio, y hombres y mujeres nos entendamos mejor sin sometimientos ni reales ni aparentes, de unos a otros…"

[...]

Me permito citarme con respecto a este fragmento:

"Le parecía que, al menos ella como escritora, estaba utilizando un lenguaje prestado al escribir sus obras. Un lenguaje que dejaba fuera lo femenino porque la literatura, en sus tiempos (y aún hoy), se había concebido por y para que los hombres se expresaran. El problema de la autoría femenina ha sido objeto de discusión sobre todo en los últimos treinta años. No sólo Laforet se quejaba de este “lenguaje prestado” sino que otras autoras y críticas literarias se dieron cuenta de que el lenguaje dificultaba su expresión escrita. Sin embargo, no es sólo el lenguaje lo que dificulta la creación literaria en las mujeres, existen otros factores culturales que hace más complicada esta producción -al fin y al cabo el lenguaje es también algo cultural-. Existe en estas escritoras, y entre las autoras femeninas en general, un debate interno entre la tradición literaria heredada y la experiencia vital femenina" (Raven, S.V., 2009)

Por supuesto no se trata sólo de una cuestión de lenguajes. Tiene mucho de educacional y la educación es parte de la cultura en la que nos envolvemos y de la cual es imposible huír, subvertir sí, escapar jamás. Llevamos años luchando por ser visibles y parece que en los últimos años hemos dado muchos pasos atrás. Cómo se "vendieron" en los medios las políticas de igualdad, por ejemplo, o la reciente invisibilidad o reducción a la anécdota del trabajo de muchas mujeres en el ámbito público lo confirman. Pero ahí seguiremos. Ahí seguiremos.

El segundo capítulo hablará sobre otros medios de difusión. Habrá un tercero. ¡Y un cuarto!

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